Fue por julio, y fue una tarde cálida,
de pronto noté una fresca brisa
que traía en su seno
la sonrisa
de una mariposa, aun
crisálida.
Volví a escuchar su risa en la alborada,
se eclipsaron de
pronto las estrellas,
en el cielo brillaba
una más bella
que llenó con su luz
la madrugada.
Luciérnaga en mis noches y en mis días,
mariposa de amor
enamorada,
torbellino de luz y de
alegría;
ya no veo tu brillo en la madrugada
pero llevas para
siempre, amiga mía,
un alma a tu luz
encadenada..
YOSOYASI