Cuando estemos frente a frente no me mires, por favor, porque el brillo de tus ojos es de tan grande fulgor que me deja hipnotizado, presa de extraño temblor.
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Cuando estemos frente a frente no me mires, por favor, espera que me proteja con unas gafas de sol para que pueda mirarte sin que me ciegue tu ardor.
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Cuando estemos frente a frente no me mires, por favor, que el calor que tú proyectas es tan extraño calor que paraliza mi cuerpo dejándome a tu control.
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Cuando estemos frente a frente no me mires, por favor.
Como saben mis paisanos, en el año 1.998 se produjo un cambio en el ayuntamiento del pueblo como consecuencia de que prosperó una moción de censura propuesta al equipo de gobierno vigente en en aquel momento. Se me ocurrió escribir esta especie de coplilla, que ahora he encontrado en mis archivos y he pensado ponerla aquí. Espero que les guste.
Que se sepa, que se sepa el por qué de esta locura. Por qué le han puesto a la Pepa una moción de censura.
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¿Es esto una causa justa? ¿Es, por contra, un gran camelo? ¿Es que la Pepa no gusta? ¿Es que no gusta Carmelo?
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!Ay pena, penita, pena, ay que pena, madre mía; esta moción traicionera tú no te la merecías!
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Si Cipriano lo hace bien, enhorabuena, Cipriano, pero si falla también nadie le echará una mano.
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Lo que sea lo será. El tiempo como gran juez a la larga lo dirá y todos lo hemos que ver.