24 febrero, 2009

COMO UN SAUCE






Miro esa mimbre de humildad suprema,

zarandeada sin piedad por el viento,
y al viento aguanta, flexible y serena,
aceptando así su injusta condena,
sin una suplica y sin una lamento.
***
Así soy yo, mil veces abatido,
hundido en el desánimo y la pena,
pero que apelando a mi orgullo herido,
mil veces me levanto, convencido
de que el amor sacará mi parte buena.
***
En mi espejo veo cada mañana
una mimbre mecida por el aire,
y ese aire con su risa fría y vana
me muestra, a través de mi ventana,
tu hermoso cuerpo pleno de donaire.
***
Pero el aire frío de tu indiferencia,
tendrá que cerrar sus enormes fauces,
porque nada opone más resistencia
que el orgullo y la infinita paciancia
de un amor tan humilde como el sauce.
***
YOSOYASI

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